Esa noche lo vi,
vi el anzuelo,
sabía que me iba a atrapar,
nuevamente
el anzuelo relucía de nostalgia,
forjado sobre cenizas de amor,
remontaba recuerdos,
el anzuelo estaba ahí
lo vi y automáticamente lo desee,
lo desee y automáticamente lo mordí,
lo mordí y rápidamente fui pescado,
salí de un tirón a superficie
era hermoso,
contemplar el paisaje,
de recuerdos,
de montañas y sol,
de tambores y baile,
de ácidos y alcoholes,
de locura exquisita,
retomar ese instante,
como decía Sábato,
testigo de un instante de perfección
No hay comentarios:
Publicar un comentario